En el fútbol y en la vida...todo se vale

El partido de semifinales por la Champions League entre el Barcelona de España y el Inter de Milán disputado el pasado miércoles fue tema de conversación en estos últimos días. ¿Por qué generó no generó la misma expectativa que el Lyon-Bayern Múnich? En primer lugar porque la llave de los franceses y los alemanes estaba casi sentenciada, todos se inclinaban por los dirigidos por Van Gaal. Una diferencia grande con el otro encuentro que despertó el interés del mundo entero, el equipo que mejor juega al fútbol en la actualidad, el Barcelona, y ganador de 6 títulos el año anterior, se enfrentaba contra un buen equipo que tenía como su principal arma a su entrenador, considerado por muchos el mejor técnico del mundo, José Mourinho.

El 3-1 en Italia era complicado para los dirigidos por Guardiola, pero ellos tenían fe en que podían remontar el resultado en casa alegando que “dejarían la piel” como se leyó días antes en sus polos finalizado un partido de Liga. El dilema era ¿ganaría la técnica o la táctica? En el transcurso del partido no sólo se observó el esfuerzo de los jugadores del equipo catalán por anotar, sino el sacrificio de los de la escuadra italiana a quienes atribuyo más la frase de “dejar la piel” que sus rivales habían dicho hace unos días. Era loable ver a Samuel Eto’o defender como si fuera un marcador de experiencia, o ver que Diego Milito, uno de los goleadores del Calcio, no se sintió menos por tener que ir y venir no dejando que el rival entre a su área. ¿Quién fue el que convenció a estos jugadores talentosos como Snjeider que era lo necesario para obtener la victoria? Pues fue obra de un director técnico que es tan bueno como polémico.

La estrategia en el fútbol de hoy es fundamental, sino ganarían siempre los equipos que mejor juegan. Pongamos el ejemplo de España, ganó la Eurocopa de manera justa y desplegando magia en su juego, sin embargo no pudo contra Estados Unidos en la Copa Confederaciones y fue eliminada. Estos conjuntos son admirables, parecen invencibles pero no lo son y eso también embellece al fútbol. Algunos dicen que el juego que propuso el Inter no favorece al espectáculo, que el fútbol siempre se debe ganar jugando bonito, pues no estoy de acuerdo. El deporte rey es tan interesante que tiene estas cosas, no gana siempre el que debe ganar y eso no lo hace emocionante y le da vida.

A los que critican el sistema defensivo, pues no se les va a cambiar de idea de un día para otro, sólo les pido que abran un poco más sus mentes. El esquema planteado por Mourinho fue brillante y, aunque fue arriesgado, se mereció la victoria. El Barcelona no fue más que el Inter durante los 180 minutos que se jugaron, en la ida el conjunto italiano fue superior, y en la vuelta el cuadro de Guardiola no pudo proponer su juego arrasador que usualmente nos deleita cada vez que juega Messi y compañía. No todo en el fútbol atacar, eso quedó demostrado el miércoles cuando un equipo llamado Inter destruyó las ilusiones del mejor equipo del mundo por dar la vuelta en el estadio de su máximo rival, su sueño de consagrarse en el Santiago Bernabéu para irritar al Real Madrid se diluyó y ahora sólo le queda luchar por el título de la Liga. Pese a todo, si fue en forma honesta y sacrificada, no hay nada que reclamar. En el fútbol y en la vida, todo se vale y así lo demostró el Inter de Milán.