Universitario y Alianza Lima protagonizaron un nuevo clásico sin goles, nuevamente el fútbol peruano demuestra su ineficacia en el toque final. Tras recibir dos duras goleadas hace poco, el balonpie nacional está atravesando por otra crisis: la internacional. Nuestra imagen parecía reflotar, pero nosotros mismos la terminamos mermando. Una nueva edición del partido más esperado en nuestro país no colmó las expectativas. Ambas vallas en cero no lo hicieron muy interesante, menos cuando los dos se jugaban sus chances de seguir viviendo en el torneo.
Estamos comenzando un proceso, salvar al fútbol peruano y devolverle el status de "respetado" en Sudamérica. Con vistas a las eliminatorias de Brasil 2014, la contratación de Sergio Markarián fija como objetivo el mundial. Las primeras victorias en amistosos han llegado y, con ello, la ilusión de un pueblo por ver a su país en la cita más importante del deporte rey. Sin embargo, nuestro pobre desempeño en torneos continentales y el nivel del Descentralizado, nos manifiestan de que falta mucho por hacer. Hay que ser conscientes de que los cambios tardarán en reflejarse, pero que se deben tomar medidas desde ahora.
En el 2010, el Perú volvió a sentirse parte importante de la Copa Libertadores. Aquellas actuaciones de nuestros equipos más grandes ilusionaron a sus hinchas. Creer en que se puede lograr una buena participación y no quedarse en primera ronda como siempre. Pero la historia se repite. Cuando se avanza un paso, luego se retrocede. La Universidad San Martín (mejor representante en los últimos años) y el Sport Huancayo regresaron de sus visitas coperas con muchos goles encajados. Igualmente, este clásico no dejó mucho para las estadísticas. Fue un encuentro trabado, salieron a buscar pero sin muchos argumentos. Intensidad y voluntad hubo, ideas distintas no. Incluso, el crema Piero Alva desperdició una chance importante para la "U". El "Zorro" falló el penal que les daba el triunfo. ¿Alguna conclusión? Quisieron y no pudieron, se hicieron daño pero sólo porque acabaron con sus sueños de ser campeones. Y así, nuevamente comienza el debate sobre nuestra realidad...
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