domingo, 2 de enero de 2011

¿Perdón por Navidad?



El caso Veneto. Tan sonado como cuestionado. En el nuevo proceso, una mancha negra se encargó de apañar las ilusiones de muchos aficionados. Pese a que llegó con bombos y platillos, Sergio Markarián no se libró del lastre que caracteriza a nuestro fútbol: la indisciplina. A lo largo de los años, no hemos podido quitarnos ese peso de encima. La decisión del técnico parecía irrefutable e irreversible, sin embargo, sus últimas declaraciones dejan entrever que lo estaría reconsiderando, que podría existir una esperanza para los vetados.


¿Otra vez?


El Perú se preguntaba el porqué, sabiendo que la desastrosa campaña en las eliminatorias pasadas estuvo marcada también, salió a la luz el escándalo. ¿Justo ahora? En el momento que llegaban buenos resultados en los amistosos y daban confianza a la selección e hinchas. En el inicio de este camino para la clasificación, tres jugadores decidieron hacer caso omiso a las indicaciones del entrenador y cometieron una falta grave. Es cierto, sólo eran encuentros de preparación, pero uno se compromete desde el comienzo, no cuando quiera.



Las inevitables pérdidas


Después de la decisión del DT, queda analizar lo que se gana y, por consiguiente, lo que se pierde. En primer lugar, cuando asumió Markarián fue muy claro en cuanto a las indisciplinas, no las toleraría. La sanción hace que el entrenador uruguayo gane respeto. Al cumplir su palabra y, aunque se quedara con unos pocos, refleja que él trabajaría con los que lo hagan seriamente. Además, se cierran puertas pero se abren otras. Es decir, algunos que no están, dan pie a que se descubran otros que sí pueden. Por lo tanto, todos los futbolistas del seleccionado estaban advertidos y guerra avisada no mata gente. Bueno, eso se suponía.



Jugaron con fuego y se quemaron. Jefferson Farfán, John Galliquio y Reimond Manco pecaron de "olvidadizos". El primero es claramente la más lamentable ausencia en el once nacional. Futbolistas como la "Foquita" no abundan, especialmente en nuestro medio, es el distinto. El ex delantero de Alianza marca la diferencia en el Schalke 04 que, pese a que su club no anda bien en la Bundesliga, es figura de su equipo. Esta calidad que no podemos darnos el lujo de privarnos, todavía con lo “necesitados” que estamos de triunfos. El segundo es cumplidor, "Tyson" nunca se ha caracterizado por ser dotado en técnica, pero es fuerte y no desentona, lo principal, tiene regularidad. El último es el más farandulero de los tres, acaso un "nuevo Kukín" o otro "cholito Sotil", quizá lo comparo con casos extremos pero si sigue en esa senda nada es imposible. Reimond Manco, el dolor de cabeza de los hinchas peruanos y la comidilla de la prensa amarilla de nuestro país. El ex jotita tenía, entre muchas cosas, talento que mostró en el sudamericano y el mundial sub 17, pero el tema extradeportivo lo terminó alejando de ese futuro prometedor que se le auguraba. Gambeta, habilidad, rapidez, picardía, entre otras, son cosas que le vi al actual futbolista del Juan Aurich. Parece ayer cuando partió al PSV con una frase algo desatinada: "cumplí mi ciclo en Alianza", pensé que estaba alucinando, pero no, lo dijo en serio. Y yo que pensaba que la mala espina era idea mía.


Todos merecemos una segunda oportunidad (?)


Aquí entro en un terreno complicado, pero resulta que hay personas esperanzadas en que se perdonen a estos jugadores. Cabe recordar que Chemo del Solar nunca les quitó el castigo (suyo) a los involucrados en el caso "Golf Los Inkas". La pregunta es: ¿Se merecen el perdón? O al menos, se podría tener una consideración con Farfán por ser el más importante de todos. ERROR. Mi opinión es que si se perdona a uno, se perdona a los tres, así como también pueden quedarse en la misma situación que ahora: sancionados. A Marcelo Bielsa no le tembló la mano cuando decidió no llamar a jugadores que habían sido, en su momento, indiscutibles en Chile. Por ejemplo, el caso de David Pizarro, se dio en otra circunstancia, pero que igual no era del agrado del "Loco". Con esto me refiero a que el entrenador tiene la última palabra, habrá que respaldarlo si opta por llamarlos o si no lo hace, dejar de insistir si sigue firme en sus convicciones o aceptar si da marcha atrás, todos tenemos derecho. Eso sí, ante cualquier indisciplina futura, de los implicados o de otros, deberán estar vetados de la selección durante todo el proceso. En Copa América y en Eliminatorias no se deben soportar majaderías, no estamos para eso, nadie es niñera para andar persiguiendo a los jugadores, ellos deben sentir el compromiso que tienen con sus compañeros, con su DT y con el país entero. Finalmente, no veo con desagrado un posible perdón, pero también dudo si eso sería lo mejor. Quizá sea el regalo por fiestas. Sergio Markarián lo dirá.


post publicado en mi columna de www.hinchaperuano.com

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